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LA DAMA DE LA CANCIÓN FRANCESA

LA DAMA DE LA CANCIÓN FRANCESA

La pequeña gorrión, nació el 19 de diciembre de 1915. Existe la versión de que su madre dio a luz en el pasillo de un edificio, en el 72 de calle Belleville; pero según el libro biográfico del periodista Robert Belleret, la cantante nació en un hospital, con todo en regla.

Era hija de una cantante de cabaret y de un acróbata alcohólico. Su madre fue descuidada con Edith, y cuando su padre volvió de la Primera Guerra Mundial, debió rescatarla de la mala vida que le daba. Pero ahí sus males no terminaron, la pequeña fue llevada a la casa de su abuela paterna –que también servía de prostíbulo- y allí fue cuidada y querida por las prostitutas, incluso creó un cariñoso vínculo con aquella que siempre recordó como Titine.

Después de una infancia triste, pasó a una juventud llena de avatares en las calles y cafés parisinos, ganándose monedas por cantar. En 1932 tuvo una hija a la que llamó Marcelle, pero murió a los dos años. La vida de la cantante quedó marcada por esta tragedia. Pero su vida cambió cuando, cantando en una calle, un un transeúnte muy elegante se paró a escucharla. Ese hombre resultó ser Louis Leplée, propietario del cabaret Gerny’s, uno de los más conocidos de París. Tras una pequeña prueba, Edith fue contratada de inmediato. Su éxito no tardó en llegar y fue conocida como MOME PIAF (pequeña gorrión). El propio Leplée instruyó a Edith para convertirla en una gran figura del cabaret.

Era 1937 y acababa de nacer una nueva estrella. Sin embargo, la vida volvió a castigar a la joven Piaf, ya que Leplée fue encontrado muerto de un disparo en el club que administraba; la cantante fue sospechosa del asesinato. La prensa la acusó y la sociedad elitista parisina le dio la espalda. Volvió a mezclarse con lo peor de los barrios bajos de París, cantando en sitios denigrantes y llevando una vida desordenada.

Durante la segunda guerra mundial, Piaf se convirtió en la inspiración de poetas e intelectuales de la París existencialista y alcanzó la admiración incondicional del público. El compositor Raymond Asso, quien era su amante, la ayudó a sobreponerse. La Pequeña Gorrión remontó su vuelo y regresó a los mejores escenarios de Francia, Europa y América. Se convirtió en la gran dama de la canción francesa.

Su vida amorosa estuvo marcada por muchos amantes. Su gran amor fue el boxeador Marcel Cerdan, quien murió en 1949 al estrellarse el avión en que viajaba. Su muerte hundió a Edith en una profunda depresión, que superó a base de alcohol y tranquilizantes. Por esa época Piaf interpretaba sus grandes éxitos: “La vie en rose o Les trois Cloches”.

Después de un accidente, Edith quedó maltrecha y se hizo adicta a la morfina. Una larga lista de enfermedades le fueron diagnosticadas y, en 1959, le fue descubierto un cáncer. Sus últimos años vivió alejada de los escenarios junto a su nuevo marido, el griego Theo Lambukas. En junio de 1961 fue premiada por la Academia Charles Cros por toda su carrera artística. Murió en La Provenza el 11 de octubre de 1963. En su entierro, el cortejo fúnebre fue seguido por una multitud de 40.000 personas.

Hace más de 50 años que Edith Piaf dejó este mundo, pero su voz perdurará para siempre. Escuchar su voz es viajar a París. La Pequeña Gorrión aún revolotea por bares y cafés, y se posa frente a las parejas que enamoradas ven la vida color rosa.